Reseña
Si la inocencia es una cualidad del espíritu que señala ausencia de culpa, entre los personajes de estos relatos abundan mujeres y hombres sencillos que, sin embargo, enfrentan situaciones terribles en cuyos pliegues se agazapa la maldad pura, encarnada en policías enfermos de poder, burócratas kafkianos, delincuentes, amantes egoístas, maridos abusivos o perros salvajes dispuestos a devorarlos. Qué hacer ante tales embates del destino Hiram Ruvalcaba sigue a sus criaturas paso a paso y con ello traza la ruta existencial, humana, que los lleva desde su circunstancia indefensa hasta la acción que los hará emerger airosos de la violencia en que se hallan inmersos, o bien terminará por hundirlos sin remedio en la desgracia y en la culpa.Relatos duros, a veces descarnados, en los que el autor no titubea en exponer homicidios, humillaciones, crueldades y amarguras, las nueve piezas que integran Los inocentes destacan tanto por su calidad técnica y estilística como por su exploración de lo positivo y lo negativo de la naturaleza humana. El resultado es una suerte de compendio de las conductas a que las situaciones límite empujan a aquellos que, sin intención, se ven obligados a llevar a cabo algo reprobable, a los que no valoran la vida de los otros o a quienes nacieron y crecieron en medio de la violencia y no conocen un ámbito distinto.Novelista, ensayista y traductor, con Los inocentes, su tercer volumen de cuentos, Hiram Ruvalcaba se confirma como uno de los principales practicantes del género en nuestro país un narrador profundo, dueño de una prosa exacta y versátil, siempre en busca de la forma más adecuada para contar esas historias que sacan a los lectores de su zona de confort para hacerlos estremecerse y pensar de nuevo la vida que los rodea.