Reseña
Rodrigo H. Sandoval consigue con esta, su primera novela, un furtivo, aunque sólido paneo de los puentes que se tienden, sobre la Ciudad de México, entre los estratos más miserables de la sociedad, la Iglesia, la policía, el empresariado y los poderes político y mediáticos, en sus muy diversos niveles. Vertiginosa obra, que se lee de una sentada, y nos muestra en poco más de sesenta páginas la capacidad de narrar la vida de la urbe, una nación, desde la brevedad y la concisión.Lo más asombroso, sin embargo, es el lenguaje y la voz en segunda persona. El narrador protagonista se lanza a una especie de soliloquio de sus aspiraciones, su vida real, dramática y solitaria, y la necesidad de contar una historia, de dejar una huella. La verdadera historia del personaje está ahora en Los crímenes de los sirgueros guadalupanos, un libro de indeterminado aliento, ni corto ni largo, porque su fuerza radica en hacer memorables los sucesos cotidianos de un país corrompido por la violencia intrínseca y la barbarie de los destinos inevitables.Gabriela Guerra Rey