Señor Juárez, no somos hijos de tiranos y no queremos morir sin ver en la luz del pueblo la verdad que usted proclamó; considere que el programa informático del país que es México tiene muchos bugs, errores, cucarachas adentro que destruyen el buen flujo computacional del sistema, haciendo que sus resultados sean contrarios a lo que se esperaría de su comportamiento natural. No somos deterministas y no comulgamos con las leyes ciegas para un sistema de mundo, sí creemos en la verdad del buen fluir y sentimos que no hay bien mayor que aquel en el que todos somos partícipes de una hermandad que ilumina y nos hace crecer, en comunidad, con justicia real y mediante una con-creación dialogal, dejando de ser esclavos de estructuras fundadas en la eterna disputa por el Poder y el Capital, que son, como han sido siempre, lo mismo. Le adjuntamos un conjunto de ensayos que sabemos serán de su interés pues no se muestran dóciles con lo que hizo en el momento en que fue Presidente de México, sino que, más bien, lo ponen en entredicho, lo refutan, intentando hacer ver críticamente los modos más justos no sólo de gobernar sino de ser, resueltamente, en vínculo con el otro. Créanos, señor Juárez, que en estos tiempos de prisa y caos es más que necesario.